{Narra Alison}
-¿No me falta nada no? Piensa Alison.-murmuré pensativa observando
mi habitación, había guardado la mitad de mis pertenencias, no veía más allá
que una pila de cajas rodeándome. Di un último sorbo a mi taza de té y me puse
en pie, no podía olvidarme nada, hoy era la mudanza definitiva, me até el pelo
en un moño bajo y desenfadado y me quedé observando el papel que acaba de de
coger del escritorio, era mi certificado, mi matrícula, puede que llevase años
deseando marcharme de casa, estudiar por mi cuenta y tener una vida propia pero
no podía evitar sentir un escalofrío al ver como iban guardando mis cosas en el
camión de mudanzas, todo esto me asustaba. Sentí como el bolsillo izquierdo de
mi sudadera vibraba, era un mensaje:
¿Estás tan nerviosa como yo? En unas horas seremos
independientes Alison, no te preocupes todo saldrá bien. Prometido.
Me dio la sensación de que mi autoestima y mi humor
aumentaron por momentos. Sabía que nada de lo que iba vivir estos años iba a
ser sola, April me acompañaría y no sabéis lo mucho que me tranquilizaba
saberlo.
*******
-Tranquilo David, está todo bien, gracias.- dije mirando sus
grandes ojos marrones . -April llegará en cualquier momento, está de camino.
-Está bien.-contestó depositando un beso en mi cabeza.-
Cualquier cosa, ya sabes.
-Siii te llamaré al momento, no te preocupes.- volví a
contestar repetitivamente, colocando un pequeño marco de fotos que acababa de
sacar de una de las muchas cajas de la mudanza. Me quedé observando como
desaparecía por las escaleras hacia el exterior, mirándolo bien veía veía
normal que a April le resultase tan atractivo mi hermano, realmente lo era.
*******
Exhausta
decidí tomarme un respiro, llevaba más de una hora desembalando y colocando
cosas, cada una en su nuevo lugar, comencé a desesperarme por momentos, en
primer lugar veía inútil haber traído la mitad de las cosas ya que si antes no
las usaba no iba a darles un nuevo uso ahora y segundo, según indicaba mi reloj,
April debería de haber llegado hace una hora y veinte minutos para ser exactos y
por lo que vi era imposible contactar con ella.
Cogí una
toalla del armario decidida a darme una ducha, nada más salir escogí unos
leggins, mi jersey gris junto a mis vans, me sequé el pelo un poco por encima
sacándome la humedad y me dirigí hacia la entrada cogiendo mi móvil dispuesta a
dar una vuelta, al menos para tomar el aire, no había sido buena idea que David
se hubiese marchado tan pronto, hubiese tardado la mitad de tiempo en ordenarlo
todo.
Una brisa
recorría mis mejillas, eso me recordaba
a que en siete días empezaría la
universidad, adiós verano, adiós vida o eso es lo que yo pensaba al menos.
Durante mi
recorrido seguí insistiendo, había perdido la cuenta de las veces que había
llamado a April a lo largo de la tarde. Mandé un mensaje y al minuto recibí
respuesta, había quedado con un par de amigas para pasar el rato, tan solo unas
cuantas calles más y llegaría en seguida.
-¿Tu pelo? Al
fin te has decidido!¿Como no nos habías dicho nada?.- preguntó Christie
sorprendida.
-Me gusta
mucho Alison.- dijo Lauren refiriéndose a mi pelo rojizo.- Ya sabes la que es
guapa lo es siempre.- comentó giñándome un ojo.
-Oh no digas
eso no seas tonta.- respondí riéndome,
dispuestas a entrar en la cafetería de la esquina. Nada más sentarnos, observé el ambiente
universitario que había, ocho de la noche y podría contar unos diez elementos
que ya tenían unas copas de más. Estuvimos poniéndonos al día, las chicas
también acudirían a la universidad este año, pero al contrario que a mi, se les
veía tranquilas mientras que yo estaba de los nervios sin querer evitarlo.
En mitad de la
conversación noté como la mirada de Lauren se desviaba un par de veces hacia la
barra intencionadamente, pero con tanta gente era difícil por no decir
imposible encontrar a alguien .
-Lauren, Louis
no es una buena opción, déjalo.- comentó Christie.
-¿Qué dices de
Louis? Si yo miro a Harry!
-¿Quién es ese
tal Louis? .-pregunté con curiosidad, sabía quien era Harry, podría contarte su
vida empezando por el nombre de su madre hasta que talla usa de zapatos
¿culpable? La tenía a mi derecha, Lauren y Harry, Harry y Lauren…
-El chico que
esta hablando con Harry, seguramente le estará comentando a cuentas se tirará
esta noche, patético…Lo que hace una cara bonita.- dijo Christie colocándose un
mechón de pelo castaño detrás de la oreja.- Alison ni lo mires ¿entendido? Se que
llama la atención pero no merece la pena.- reí ante su reacción, parecía que lo
decía en serio.
-¿Y tu que
sabes? Igual no es así con todas.- respondí curiosa dando un sorbo a mi café.
-Alison si que
lo es, si se ha ganado esa fama es por algo.
-Vale vale,
solo lo decía.- respondí soltando un leve risa mirándolo de reojo, intentándo desviar la conversación hacia otro tema.
*
* * * *
[Llamada telefónica]
‘’-Alison lo
siento lo siento lo siento lo siento, acabo de llegar, no tenía batería,
demasiado tráfico, me lié, no sabía ni que traer, lo siento.
-AL FIN! Pensé
que no seguías con vida.- resoplé.- En nada me tienes en casa, me despido de
las chicas y listo.
-Genial
gracias y lo siento una vez más.’’
[Fin de la llamada]
Nada más
despedirme de Lauren y Christie, pagué mi consumición, dispuesta a irme al fin
que April había llegado con un poco de retraso, pero había llegado. Al salir
noté como alguien me daba un fuerte empujón, me giré molesta cuando supuse que
el chico moreno de grandes ojos marrones y tez oscura sería el culpable, el
cual ni se inmutó mientras me miraba dándole de nuevo una calada a su cigarro.
-¿Que quieres?.-
preguntó haciéndome sentir incómoda.
-¿Tal vez un ,’’
lo siento’’?.- contesté incrédula.
-¿Tal vez un ‘’lo
siento’’?.- contestó burlándose, haciendo gestos a su vez.
-Gilipollas.-
susurré lo suficientemente alto para que me escuchara, volviendo a emprender mi
camino.
Unas cuantas farolas alumbraban la fria noche londinense, maldije el momento en el que pensé que no me haría falta mucho abrigo, me crucé un par de parejas por el camino pero por el resto estaba todo bastante solitario.
Noté como unos hombros me rodeaban descaradamente, mientras que su aliento en mi oído me produjo un escalofrío.
-¿Que me has llamado? ¿Podrías repetirlo?
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